Una nueva cita mundial para combatir el Cambio Climático en Cancún en 2010: El reto para México
Juan Manuel Gómez-Robledo
La Conferencia de Copenhague¹, celebrada en diciembre de 2009, no cumplió con las expectativas de la inmensa mayoría de la opinión pública mundial, debido a que no se lograron los compromisos ambiciosos que permitirían estabilizar la temperatura global e impedir el crecimiento desmedido de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del cambio climático.
Pero por encima de todo, la sociedad civil organizada ha manifestado su frustración y enojo, por la forma en que se llevaron a cabo las negociaciones: las recriminaciones entre países desarrollados y en vías de desarrollo, así como entre los desarrollados, por la falta de voluntad de unos y otros para incrementar o adquirir nuevos compromisos de reducción de GEI, a pesar de que lo que está en juego son la sustentabilidad humana y la preservación de los ecosistemas. La percepción generalizada es que faltó voluntad política necesaria para hallar soluciones a un problema que pone en peligro a las futuras generaciones.
Independientemente de las críticas, una revisión más detallada los resultados nos lleva a concluir que lo acordado en Copenhague fue un paso en la dirección correcta. A pesar de que no se logró un acuerdo universal, hubo avances en el fortalecimiento del régimen climático en áreas importantes como mitigación y adaptación, financiamiento y transferencia de tecnología.
En resumen, en Copenhague se acordó que: a) cada país contribuirá a los esfuerzos de mitigación en la medida de sus responsabilidades y capacidades propias; b) las emisiones nacionales y globales deben alcanzar su punto máximo lo antes posible; c) el Fondo Verde de Copenhague, iniciativa en la cual México jugó un papel clave, será el mecanismo para otorgar recursos financieros nuevos y adicionales de 100 mmdd, cada año, a partir de 2020; d) deben establecerse mecanismos de medición que sean transparentes y generen confianza; e) los países desarrollados deben reducir aún más sus emisiones de GEI hacia 2020; e) deben establecerse mecanismos para la medición de las reducciones no obligatorias de los países en desarrollo; f) los bosques desempeñan un papel fundamental en la reducción de emisiones –situación que México debe aprovechar; g) se generarán incentivos a favor de los países en desarrollo –incluyendo el uso de mecanismos de mercado- para que continúen desarrollándose bajo esquemas de bajas emisiones de GEI.
Consciente de que sólo logrará un desarrollo auténtico por la vía de una economía baja en emisiones, México participa de manera proactiva en los esfuerzos globales de mitigación. Así, por ejemplo, nuestro país se ha comprometido, de manera voluntaria, a reducir sus emisiones de CO2 en 51 millones de toneladas anuales a partir de 2012.²
México fue escogido para ser sede de la 16 Conferencia de las Partes de Cambio Climático, la que se celebrará en Cancún del 29 de noviembre al 10 de diciembre de 2010.³
Qué queremos lograr en esta Conferencia?
Primero, como país de desarrollo intermedio, fomentar la construcción de entendimientos entre los países en desarrollo y los países desarrollados para que, en Cancún, se avance en la concreción de acciones para hacer frente al cambio climático, se asegure el derecho de los países en desarrollo a seguir creciendo bajo esquemas de impacto reducido en carbono y se reconozcan las ventajas de un auténtico desarrollo sustentable, por encima de posturas ideológicas y visiones de corto plazo que ponen en peligro el acceso al agua potable, la seguridad alimentaria, la biodiversidad, la salud pública, el empleo y el desarrollo sustentable de los Estados.
Segundo, propiciar que lleguemos a un conjunto de decisiones ambiciosas en todas las esferas del cambio climático, incluyendo la reducción de GEI, que nos permita actuar con base en mejores mecanismos de cooperación internacional.
Tercero, que la Conferencia de Cancún sea la punta de lanza de un cambio en las actitudes, procesos de producción, hábitos de consumo y de desecho en el Gobierno, el sector privado y la sociedad mexicana en su conjunto. Todos contribuimos al cambio climático en mayor o menor medida, por lo que los esfuerzos individuales y colectivos que llevemos a cabo más de 100 millones de mexicanos tendrán un impacto significativo.
El cambio climático es uno de los principales retos que enfrenta la humanidad en el siglo 21 y nuestro país no escapa a esta realidad. Si bien el resultado final de la Conferencia de Cancún dependerá de los acuerdos que puedan alcanzar 192 países, el Gobierno de México está haciendo todo lo que está a su alcance para que, tanto el camino a Cancún como la Conferencia misma, sean oportunidades de entendimientos para aportar, juntos, soluciones a un problema de naturaleza global que ningún país puede enfrentar en lo individual.
¹ 15ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-15).
² http://unfccc.int/resource/docs/natc/mexnc4s.pdf.
³ COP-16.
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